Querida yo de 2040 día 53

Realmente estamos en la noche del día 52 al 53, pero lo voy a narrar cómo lo que ha ocurrido el día 52.

Hoy, después de mucho pensármelo he decidido levantarme "pronto" para salir a correr. Desde que estamos así, las horas para levantarse son muy relativas. Tuve una fase en la que me quería levantar bien porque parecía que tenía muchas cosas que hacer. Otra en la que me levantaba tarde directamente. Una tercera en la que me despertaba pronto pero estaba horas en la cama hasta que me decidía levantarme. Y hoy, que me he levantado a una hora relativamente normal, dentro de la que tenía permitida para salir, y he salido a correr. Parece que es algo que he hecho muy convencida, pero digo desde ya que no ha sido así, me ha costado.

Me ha gustado salir, me ha encantado reencontrarme con las sensaciones de las últimas semanas en las que decidí empezar a correr y por un momento olvidar todo lo que está pasando. Solo estaba yo corriendo.
También es verdad que lo olvidas durante muy poco tiempo. Ir haciendo zigzag para evitar a la gente, ver a la gente con mascarillas mientras voy pensando que soy un blanco fácil por no llevarla, y odiar los caminos estrechos donde no puedes guardar la distancia de seguridad con las otras personas.
A esto hay que sumarle el nuevo ritual cada vez que entramos o salimos a la calle: quitarse la ropa de la calle, lavarse las manos, ducharse, etc. No sé realmente hasta que punto todo lo que hago es necesario, o es mi psicosis actuando por mí, pero ahí voy cumpliendo con la rutina de la nueva normalidad.

Todos los días suelo estar muy atenta al momento en el que publican el número de contagiados y muertos diarios, y hoy se me ha pasado por completo. El salir, desayunar, volver a hacer vida me ha evadido por completo de la realidad. Y a esto le sumamos que hoy tenía un cumpleaños en la familia. Es raro que ahora las felicitaciones sean por skype, los regalos los lleve un repartidor y tú, desde casa tengas que ver la reacción. Calcular los tiempos de envío y todo eso es un nuevo arte

Para el cumpleaños habíamos planificado una cena por skype con brindis con vino blanco (a mí la parte del vino blanco me parecía lo mejor del plan), para ello necesitaba el vino y algunas cosas para preparar la cena. Eso implicaba salir a comprar, algo que no había hecho desde hace 54 días, porque una cosa es salir a la calle a pasear, que ya supuso un shock ir evitando a la gente y ver a todos con mascarillas; y otra es ir a comprar. Hasta ahora TODO lo había comprado por internet, hasta un paquete de 50 mascarillas que debían llegar hoy y no lo han hecho, por lo que una cena de improvisto se me salía de mi plan organizado.No era necesario salir, pero era el momento, tarde o temprano tenia que empezar a vivirlo.

Como he dicho las mascarillas no han llegado, la primera aventura era ir a la farmacia a compara una. Todo bien, poca gente de camino y sólo una persona delante (a 2 metros de distancia) en la farmacia, una vez con la mascarilla puesta (sensación de ahogo y que no me cubría lo necesario, vamos paranoia modo on) me he dirigido al centro comercial a comprar. Ese ha sido un gran shock.

Estar en la cola ya era raro... marcas en el suelo para guardar la distancia; según entrabas al centro comercial, aunque hoy ya podían abrir los pequeños comercios, todos estaban cerrados. Ver eso era desolador. Y al principio de la fila, un trabajador del supermercado con pantalla protectora, mascarilla y guantes, indicando cuando podíamos pasar y dándonos antes bolsas de plástico para usar a modo de guantes. En ese momento se me han saltado las lágrimas ante esto ¿Qué ha pasado? ¿Cómo hemos terminado así?

Por fin ha llegado mi turno y con miedo he pasado al supermercado, creo que me he recorrido todos los pasillos 5 veces porque era incapaz de pensar con normalidad y había bastantes estanterías vacías, no quiero imaginar al principio cuando estaba todo devastado. Después de dar varias vueltas he visto que yo era la rara, todos allí ya estaban acostumbrados a esa nueva normalidad, la gente con sus guantes, muchos con mascarillas, algunos valientes sin ellas y los trabajadores con toda la normalidad y naturalidad del mundo...si esa era la famosa nueva normalidad en fase 0. He hecho mis compras y me he venido a casa pensado que esto sólo es el principio de los cambios y que no se está mal fuera ni hay un lobo que vaya a comernos. Sólo hay que cumplir las normas y ser prudentes.

un día menos

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