Con tal de no estudiar...

Se pasó la primera experiencia sobre un escenario con esta nueva carrera, cuando haces las pruebas de acceso te prometen muchas, pero la verdad yo lo veo complicado... es una carrera que está más enfocada a la danza y el teatro, en mi opnión, lo han puesto de rebote y ya que estamos para coger más dinero, pero bueno esta entrada no la voy a dedicar a hablar de eso... si acaso otro día.

Hace cosa de un mes me dieron la buena noticia de que iba a participar en el musical que estaban montando, cosa que me hizo mucha ilusión, aunque el papel fuera muy cortito... más que nada porque el resto era todo baile y yo lo que se dice bailar...
Bueno pues tras eso empezaron los ensayos después de las clases lo que me suponía llegar tarde a casa y volver a madrugar para el día siguiente seguir con las clases y más ensayos... llegó un punto en el que siempre era lo mismo y empezaba a ver que eso no iba a ninguna parte, hasta que por fín se empezaron a ver las cosas con más claridad: comenzaron las pruebas de vestuario, la reserva de entradas (cada día había nuevas noticias sobre que cada vez quedaban menos) y por fin el ensayo en el teatro.
Realmente sólo al ver el teatro por fuera ya fue emocionante, es enorme, sin embargo sólo estábamos fuera... cuando entramos nos cambió la cara y de fondo alguien nos recordó que las entraas estaban agotadas... todo ese teatro iba a estar lleno de gente, de las cuales como mucho me conocerían 10 personas entre familia, amigos y compañeros.
Ensayar en el teatro fue otra cosa completamente diferente, a parte de una experiencia muy bonita es ir pensando en la calle por la que tienes que salir, el estar entre bambalinas con su cachondeo correspondiente, etc. Me lo pasé muy bien.
Y así llegó el día antes del estreno con el ensayo general (vestuario, maquillaje, música, iluminación...), que fue un completo caos, ninguna canción entraba a tiempo, la coreografía no estaba del todo a tiempo... vamos que con la cosa nos tuvimos que tragar otro ensayo general antes del estreno, que es algo que a mi me frustró mucho porque como he dicho al principio yo sólo interpretaba y no bailaba, pero bueno lo por allí estuve investigando el teatro y haciendo amigos.

Tras el ensayo aún quedaban dos horas para el estreno que dedicamos a investigar Fuenlabrada y nos compraron unas patatas fritas, agua, nestea, etc... que luego nos las llevamos al teatro e hicimos acampada en los camerinos para comérnoslo... todo esto para hacer tiempo y no cambiarnos todavía de ropa porque hacía mucho frío... Hasta que por fin decidimos que ya había llegado el momento de cambiarse y empezar a sentir los nervios del estreno.

Y ahí fui yo muy decidida al camerino a cambiarme de ropa y trasformar mi apariencia en la que en una hora iba a ser la del personaje que iba a interpretar; poco a poco ibas viendo a todas las personas de todos lo números cambiarse y estbas rodedada de gente muy maquillada y muy bien peinada mientras iban estirando cada músculo para estar a punto y poder bailar.
Yo como de eso no tenía seguí por allí ando vueltas e investigando el vestuario de la gente, entonces me dí cuenta de una cosa: los zapatos me venían grandes, que en principio no puede suponer ningún porblema pero para mi lo era puesto que me sacaban en brazon y había riesgo de que el zapata se quedara allí en medio solito, utilicé el remedio casero de meter kleenex en las punteras para evitar que se me saliera.
Bueno, a todo esto la gala ya había empezado y por fin subieron las que bailaban antes de nosotros, mientras, allí estábamos todo el elenco del musical, justo debajo del escenario, escuchando como taconeaban hasta que finalmente se paró la música, escuchamos los aplausos y subimos escaleras arriba.
Comenzó a sonar el prólogo y cada uno andaba en una esquina concentrándose y olvidandose de la frase de "las entradas están agotadas", subieron el telón y comenzó la función. Allí estaban bailando, haciendo la coreografía que tantas veces había visto sentada en clase en una esquinita con frio y por fin la estaban haciendo en el teatro iba pasando la música, me iba concentrado más y dejé de ser yo para ser el personaje. Solo el salir al escenario ya fue muy bonito, estaba hablando a los personajes y de fondo veía el teatro lleno de gente y les escuchaba reir con alguna de las cosas que decía. Llegó el momento en el que me tenían que sacar en brazos y pasó lo que temía: el zapato se quedó justo en medio del escenario... Menos mal que un bailarín lo cogió habilmente y no sé como se lo dieron al regidor que se cruzó el escenario por detrás para entregame el zapato
Regidor: es tuyo? ¬¬
Yo: uy... si! vaya...
Y esa fue la anécdota... desde entonces tengo complejo de cenicienta por eso de ir perdiendo los zapatos.
Tras esto y más números que venían después se acabói nuestro musical con los aplausos de la gente, que tuve mi momento de gloria y todo puesto que salí a saludar con mi compañero y la gente nos aplaudió, que parece una tontería pero a mi me hizo mucha ilusión.
Y ahí se acabó la que se supone que es mi primera practica escénica de las 20 que hay por año, aunque como he dicho al principio... a saber...

1 Soñadores:

Luis dijo...

¿Sabes? ¡Justo este sábado pasado yo también tuve estreno de teatro! Me has hecho recordar los nervios, la euforia, y todo lo que se siente...

Aunque tengo que decir que lo mío fue una tontería comparado con lo tuyo. Esa foto que has puesto del patio de butacas... ¡Madre mía! No me quiero imaginar cómo será el resto del teatro. ¡Qué envidia! En el que yo actué es uno pequeñito de pueblo :P.

Y ahora tengo bajona porque lo tengo muy reciente y hecho de menos esa noche. ¿A ti no te pasa?

Ah, y por lo que cuentas, ¡enhorabuena!.